En octubre de 2001 el presidente Vicente Fox anunció la
construcción de un nuevo aeropuerto en Texcoco, para ello, habrían de
expropiarse casi cinco mil hectáreas de terrenos agrícolas. Cerca de 500
campesinos de Atenco expresaron su rechazo y bloquearon la carretera
federal Texcoco-Lechería, blandiendo los machetes, acto que a partir de
entonces simboliza su resistencia.
Un mes después, los ejidatarios de Atenco, Tocuila,
Nexquipayac, Acuexcomac, San Felipe y Santa Cruz de Abajo, con machetes y
azadones, se movilizan por primera vez al Distrito Federal y
protestaron frente a la residencia oficial en Los Pinos.
A partir de entonces, empezaron una serie de
manifestaciones y protestas para exigir un trato justo por la venta de
sus tierras. Los ejidatarios desconocieron al gobierno del estado de
México, encabezado por Arturo Montiel y entablaron mesas de
negociaciones directamente con el gobierno federal.
Durante cinco años, hubo hostigamiento y criminalización
contra la organización que constituyeron, el Frente de Pueblos Unidos
en Defensa de la Tierra
La mañana del 3 de mayo del 2006 decenas de elementos
policiacos de Texcoco y del Estado de México impidieron instalar sus
puestos a ocho floricultores en la plaza municipal e iniciaron un
enfrentamiento.
Algunos miembros del Frente de Pueblos Unidos en Defensa
de la Tierra que apoyaban a los floricultores participaron en el
enfrentamiento y quedaron atrincherados en un domicilio particular;
entre ellos se encontraba Ignacio del Valle.
Alrededor de 150 habitantes de San Salvador Atenco, en
su mayoría miembros del Frente, bloquearon la carretera
Lechería-Texcoco, a la altura del km 27, en solidaridad con sus
compañeros que permanecían en Texcoco.
Mediante un operativo coordinado por las corporaciones
policiacas del Estado de México, se enfrentaron a los miembros del
Frente sobre la carretera federal Lechería-Texcoco. Los ejidatarios
respondieron con acciones de violencia excesiva. Ante la respuesta, se
incrementó el apoyo de elementos de la Policía Federal Preventiva.
Diversos medios de comunicación confirmaron la muerte de un adolescente -Javier Cortés Santiago- durante el enfrentamiento.
Alrededor de las 6 de la tarde, cerca de 500 policías
antimotines entraron a un domicilio en el que los floricultores y
miembros del frente permanecían atrincherados. Luego de casi 15 minutos
de lanzar gases lacrimógenos, la policía irrumpió en el recinto.
Mientras tanto, los ejidatarios movilizados tomaron dos pipas con
combustible, que amenazaron con hacer estallar.
Esa misma noche, el Secretario de Gobierno del Estado de
México, Humberto Benítez Treviño confirmó la detención de 31
integrantes del Frente, entre ellos Ignacio del Valle, anunciando que
habían sido remitidos al ministerio público de Toluca. El funcionario
reconoció que cinco elementos de seguridad pública se encontraban
retenidos en Atenco, donde los pobladores condicionaban su entrega a la
liberación de los detenidos.
Durante
esa noche, cientos de ejidatarios permanecieron sobre la carretera
Lechería-Texcoco ante la posible llegada de la fuerza pública. En San
Salvador Atenco, había tensión y se mantenía retenidos a los elementos
policiacos. Los accesos a Atenco permanecieron resguardados por
autoridades federales y el poblado quedó incomunicado.
En la madrugada del 4 de mayo PFP y la Estatal
comenzaron su ingreso a Atenco. Según autoridades federales, se trató de
un convoy de al menos 30 camiones de la PFP con 50 elementos cada uno,
que buscaban rescatar a los policías que se encontraban retenidos en el
Auditorio Emiliano Zapata, así como para retirar el bloqueo de la
carretera Texcoco-Lechería. Los ejidatarios movilizados, así como
integrantes de diversas organizaciones que apoyaron sus demandas,
intentaron repeler la embestida policiaca.
Unas horas más tarde, elementos de la PFP tomaron el
control en San Salvador Atenco, hubo en un primer momento 20 personas
detenidas, entre ellas tres mujeres. En la acción participaron cerca de
cuatro mil policías federales y estatales.
Esa misma tarde comenzaron los traslados de detenidos al
penal estatal de Santiaguito, en Almoloya de Juárez. El número de
detenciones no se hizo público. Unas horas más tarde, el jefe del Estado
Mayor de la PFP, Ardelio Vargas Fosado, aseguró que el “grupo violento”
de los pobladores de Atenco estaba prácticamente desarticulado.
Autoridades del Estado de México confirmaron la
detención de 217 personas en los operativos realizados en San Salvador
Atenco y Texcoco. De ellos, 203 se encontraban en el penal de
Santiaguito y 14 en hospitales de Toluca. Hasta ese momento, las
autoridades del Estado de México les negaron la comunicación a los
familiares e inclusive a algunos abogados defensores.
En una Misión Civil de Observación, organizaciones de
derechos humanos constataron la presencia de menores de edad, heridos,
extranjeros y personas ajenas a los hechos entre los detenidos, aunque
les fue negado el acceso al reclusorio; de la misma manera, en Atenco se
recabaron testimonios de la violencia desmedida con que el operativo
había sido.
Los medios nacionales e internacionales señalaron que
durante las detenciones varias mujeres fueron agredidas física y
sexualmente, entre ellas se encontraban la indígena de origen mazahua
Magdalena, 2 españolas, una chilena y una alemana.
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