La Suprema Corte de Justicia de la
Nación (SCJN) dio entrada a la solicitud de ejercer su facultad de
atracción en el caso del amparo interpuesto por 78 pobladores y
campesinos de la población de Atenco y otras comunidades mexiquenses en
contra de la construcción del nuevo aeropuerto internacional de la
ciudad de México.
Ricardo Lagunes Gasca, abogado del Frente de Pueblos en Defensa de la
Tierra (FPDT), señaló que a partir del pasado 10 de junio la primera
sala de la Corte realiza un análisis sobre su posible atracción del
caso, dentro del expediente 227/2015.
Dijo que esta decisión de recurrir a la SCJN se dio tras la negativa
inicial del juez noveno de distrito en el estado de México, pese a que
ha quedado demostrado que el megaproyecto aeroportuario violenta
derechos reconocidos en la Constitución y tratados internacionales.
Además, dijo que ante este rechazo inicial se interpuso un recurso de
revisión ante el segundo tribunal colegiado en Nezahualcóyotl, el cual,
tras la decisión de la primera sala de la Corte de analizar una posible
atracción, queda momentáneamente suspendido de resolver, hasta que la
Corte decida si atrae el caso.
Rechazo radical
En conferencia de prensa, una veintena de representantes
de Atenco y pueblos circunvecinos a la zona donde se proyecta la
terminal aérea expresaron su rechazo radical a la construcción de la
obra, identificándola como
proyecto de muerte, pues amenaza con la desaparición de sus comunidades.
Somos los primeros en ser conscientes de que la batalla es adversa, que el Estado ha perdido su razón de ser y que lo usurpa una mafia enferma de poder; nos oponemos a la corrupción promovida principalmente por Enrique Peña Nieto, dijo Adela Romero Núñez, del Frente de Pueblos en Defensa de la Tierra, al dar lectura a un texto.
Además, el abogado Lagunes Gasca denunció un posible conflicto de
interés del subsecretario de Planeación y Política Ambiental, Rodolfo
Lacy Tamayo, quien es fundador de la empresa Especialistas
Ambientalistas SA de CV, que es la misma compañía que elaboró el
manifiesto de impacto ambiental (MIA) del nuevo aeropuerto, que ya fue
aprobado a pesar de que tiene muchas irregularidades.
En la conferencia, uno a uno de los pobladores, algunos con machete
en mano, afirmaron que sus respectivas comunidades rechazan la
construcción del aeropuerto, y que son muchos más los que están en
resistencia por las graves consecuencias que tendrá la obra, y que se
empiezan a observar desde ahora, donde vecinos deslumbrados y sumisos
han empezado a vender sus tierras a cambio de unos pesos.
Decir que nuestros territorios no serán afectados con una obra que está invadiendo lo que fuera el lago de Texcoco es una patraña hasta ilógica, señalaron en la conferencia.
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