Ni
siervos futuros, ni aldeanos deslumbrados.
José
Martí.
Es de tradición
conmemorar en estas fechas aquellos días donde hace más de dos siglos, hombres
y mujeres como el cura Hidalgo, Morelos, Josefa Ortíz de Dominguez, Guerrero
conspiraron contra la corona española y tres siglos de colonialismo bestial que
mantenía a los indígenas más pobres esclavos en su propia tierra.
Lo que no se nos dice es
que la guerra por la independencia que inicia en 1810, no llegó a su conclusión
pues a las décadas siguientes le siguieron batallas que cobraron la vida de los
más humildes. Pasó un siglo más para llegar a la Revolución mexicana y Zapata y
Villa, entre otros guerreros volvieron a levantar la bandera de tierra y libertad,
que de no ser por quienes sí comprendieron el sentido de tan profunda demanda,
nuestras condiciones de vida serían más complejas de lo que hoy se muestra.
En estas tierras
sagradas de Atenco, nuestros abuelos y bisabuelos lucharon para que se les restituyera
la tierra y en 1929 las familias volvían a tener un pedazo de tierra propio.
Quienes tengan memoria y curiosidad por conocer su propia historia sabrán que
hacerlas fértiles costó trabajo y vida, sangre y sacrificio de nuestros
abuelos. Nada les regalaron, porque fue su lucha y sus manos quienes las
labraron con amor pensando que mañana sus hijos y los hijos de sus hijos las
conservarían y las mejorarían para su bien y su descendencia.
Sin embargo, no
imaginarían que esas tierras un día serían codicia de prepotentes gobiernos y
mucho menos moneda de cambio de sus propios hijos.
En los últimos 15 años
la historia ha desafiado a este pedacito de patria llamado Atenco, poniendo en nuestras manos la responsabilidad
de mantener la cabeza en alto o agacharnos ante las migajas que derrocha el
gran capital para la construcción de un aeropuerto de muerte.
Chantajean con su
supuesto desarrollo y sugieren «modernización» con «beneficios» efímeros y de
corto plazo, con dinero fácil porque basta con agachar la cabeza y estirar la
mano para ahondar la herida y el agravio de la que los traidores de la patria
son responsables.
Se equivocan quienes
afirman entre dientes y de manera cobarde que los defendemos a la madre tierra
y nos oponemos al aeropuerto de muerte nos negamos a crecer y desarrollarnos
como pueblo.
No se confundan: una
cosa es el desarrollo que nace del trabajo colectivo del pueblo y que responde
a sus intereses básicos y la aspiración de una vida digna PARA TODOS Y TODAS, y
otra son los cuentos de hadas que ofrece la mafia priísta que ha venido
operando el despojo, entre otras artimañas, con migajas y el desmantelamiento
de la propiedad social como es el ejido -al que el 1o de junio del año pasado
(2014) con una asamblea espuria e ilegal pretende cambiar el uso de suelo).
Sería irresponsable
pensar que las condiciones actuales son las mismas que las que tuvimos hace
quince años cuando emprendimos y ganamos la primer batalla contra el aeropuerto
y en la que muchos pelearon dignamente. No, las condiciones actuales son más
complejas. No fue en vano la venganza y barbarie de mayo del 2006, como no ha
sido en vano imponer a un bisoño que brilla por su ignorancia, primero de
comisariado ejidal y ahora de presidente municipal, no ha sido en vano generar
polarización entre la población y menos aún adiestrar a un grupo de gentes con
la dignidad por los suelos con la única capacidad de vociferar y rasguñar
tortas.
Hace un año en estas
fechas Enrique Peña Nieto dio a conocer el esqueleto del aeropuerto y
deslumbrados algunos aplaudieron su propia condena. Pasó el año y con ello una
debacle política no sólo por el horror que puso al desnudo el caso de los 43
normalistas desaparecidos, sino por todo el desastre económico que está
ocasionado el entreguismo más descarado del país entero.
Ahora se anuncian las
licitaciones y la amenaza clara de que el aeropuerto iniciará su construcción,
montando así, como lo hizo Vicente Fox, una imposición a todas luces ilegal.
Se repite en los medios
que nuestro Atenco no será tocado y mandan a operar el cambio de uso de suelo
para que el despojo sea maquillado. Replican los medios más nefastos que Atenco
no será afectado y en toda la región construyen carreteras y centros
comerciales donde antes fueron ejidos y despojan a nuestros vecinos a punta de
represión como ocurrió hace unas semanas en la comunidad vecina de
Tequisistlan.
Vociferan los más
serviles que Atenco se beneficiará con el aeropuerto de muerte, pero no dicen
que el daño ambiental y social será irreversible. Tampoco dicen que el negocio
no es en sí el aeropuerto, sino toda la inversión que apuesta el gran capital a
quien desde ya se le garantiza una indemnización, o que es lo mismo un cheque
en blanco, cuando inocentemente descubran -lo que ya saben- de que el
aeropuerto en este territorio sagrado está condenado al fracaso.
¿QUIEN GANA? ¿Quién se
beneficia con megaproyectos como el aeropuerto? Los únicos que ganan aquí son
los grandes empresarios. Ganan los gobernantes que se sirven con la pobreza del
pueblo y uno que otro vividor que le juega a ser un listo gusano.
¿Y de dónde cree usted
que saldrán las indemnizaciones para las empresas inversoras? Nada más y nada
menos que de los impuestos que genera el pueblo y que debieran servir para
garantizar educación, salud, vivienda, trabajo y un retiro digno.
¿Realmente el pueblo
mexicano necesita otro aeropuerto? ¿Realmente esta obra que cuesta millones y
millones de dolares es de utilidad pública? Nosotros sostenemos que el Nuevo
Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México NO ES DE UTILIDAD PÚBLICA, y sí
un empecinamiento de la mafía priísta y grupos a fines.
Lamentablemente a
nuestro país le falta mucho por crecer verdaderamente, y no hablamos de hacer
más obras rimbombantes que han destruido pueblos y riquezas naturales. Hablamos
de crecer moralmente, hablamos de hacerle honor al avance de la humanidad
poniendo en alto la preservación de la vida y de los principios para la
dignidad.
Algunos ya se instalaron
del lado de los vencidos, a ellos y ellas queremos decirles que pelear porque
sus hijos vivan libres y dignamente vale la pena y que están a tiempo de no
llevarse la vergüenza de heredar esclavitud y retroceder siglos atrás.
Al gobierno represor de
Enrique Peña Nieto y todas las instancias legitimadoras del despojo, les
recordamos que existe un juicio legal que por más que evadan su
responsabilidad, tarde o temprano tendrán que enfrentar, igual que nuestra
oposición organizada a su aeropuerto de muerte.
A las instancias como el
Instituto Nacional de Antropología e Historia, especialmente a sus trabajadores
más honestos, les decimos que los necesitamos en su papel de custodios de la
historia, de la identidad y preservación de nuestras raíces, y les ofrecemos
todas las pruebas
de que Atenco, Texcoco y
toda la región donde reino Nezahualcoyotl, es tan sagrada y digna de defender.
A nuestros compañeros
ejidatarios, sus hijos y nietos, los llamamos a redoblar esfuerzos, a cerrar
filas para construir y fortalecer la resistencia que se necesita, porque sí es
posible echar abajo la vileza, porque vale más vivir dando la cara al sol que
sobrevivir con la cabeza abajo.
Todo nuestro abrazo y
moral a nuestros hermanos que luchan es sus trincheras por la tierra, a los
jóvenes que abren surcos de futuro, a los periodistas comprometidos con la
verdad.
Nuestra lucha también es
junto a los padres y hermanos de los 43 estudiantes normalistas desaparecidos:
¡VIVOS
SE LOS LLEVARON, VIVOS LOS QUEREMOS!
¡LA
TIERRA ES VIDA, LA TIERRA NO SE VENDE, SE AMA Y SE DEFIENDE!
¡ATENCO
EN PIE DE LUCHA!
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