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contenido ha sido publicado originalmente por SINEMBARGO.MX en la siguiente
dirección: http://www.sinembargo.mx/19-07-2012/303640.
Por
Gloria Leticia Díaz
MÉXICO,
D.F., 19 de julio (apro).- Valentina Palma, la estudiante chilena expulsada de
México en 2006 tras los operativos policiacos realizados en San Salvador
Atenco, y que en la actualidad se encuentra en su país natal, recibió un correo
electrónico anónimo en el que le advierten que si prosigue con las denuncias
sobre las vejaciones que sufrió durante su estancia en el país e intenta volver
será mancillada una vez más.
De
acuerdo con la mexicana Bárbara Italia Méndez, otra de las mujeres ultrajadas
por la policía durante la represión ocurrida en la localidad mexiquense, Palma
recibió el mensaje amenazante el pasado lunes 2, un día después de la elección
presidencial.
Firmado
por “El que manda”, el correo narra la vejación de la que fueron víctimas ella
y 46 mujeres más hace seis años, y le advierten que si intenta regresar a
México se atenga a las consecuencias.
Flanqueada
por representantes de organizaciones de derechos humanos, Italia recordó que
Palma fue una de las jóvenes extranjeras que participaron en las movilizaciones
sociales en Atenco y que, luego de los operativos policiacos del 3 y 4 de mayo
de 2006, fue detenida y posteriormente expulsada del país.
“Valentina,
junto con otras mujeres que pertenecen, como nosotras, a una red social, fueron las primeras en denunciar lo que nos
había pasado, mientras nosotros estábamos en la cárcel. Fueron nuestra voz
fuera del país. Ella intentó en Chile iniciar un proceso contra el Estado
mexicano por los abusos, como en su momento otras mujeres españolas lo hicieron
ante la Audiencia Nacional”, resaltó.
Para
Bárbara Italia Méndez, una de las 11 mujeres que pretende llevar el caso de
Atenco a la Corte Interamericana de Derechos Humanos (CoIDH), la amenaza
recibida por Palma “es extensiva para nosotros, (pues) si la agreden a ella,
nos lo hacen a nosotros, por eso responsabilizamos al Estado mexicano de lo que
nos ocurra aquí en México y a nuestra compañera chilena, de nuestra integridad
física y emocional, y advertimos que si
bien estamos preocupadas, no vamos a parar en nuestra exigencia de justicia y
para que nunca más se repitan hechos como los que sufrimos”.
Según
un comunicado del Centro Prodh –organización que representa legalmente a las
mujeres de Atenco–, en el mensaje recibido por la estudiante chilena el
remitente utiliza “un lenguaje procaz” para aludir “a la tortura sexual a la
que fueron sometidas Valentina y 46 mujeres más en los autobuses de las fuerzas
policiacas del Estado de México”.
Uno de los fragmentos decía: “Tuviste mucha
suerte porque ese día pudiste ser violada por todo mi equipo, no nos dio
tiempo, sólo había 2 horas y media de camino”.
Para
Clemencia Correa, experta del Sistema Interamericano de Derechos Humanos, la
amenaza debe inscribirse en un contexto electoral. “No es gratuito que la
amenaza la haya recibido Valentina el 2 de julio, pero también como un intento
por llenar de miedo a las mujeres que mantienen una denuncia en la CIDH, además
de que sería tratado en el Comité de la Convención para la Eliminación de Todas
las Formas de Discriminación de las Mujeres (CEDAW por sus siglas en inglés) el
17 de julio”, puntualizó.
Sobre
la audiencia de México ante las expertas de la Organización de las Naciones
Unidas (ONU), el director del Centro Prodh, José Rosario Marroquín Ferrera,
cuestionó el anuncio que hicieron representantes del Estado mexicano en torno
de la detención de dos policías estatales, el mismo día de la audiencia.
“Para
nosotros, la obligación de la Procuraduría del Estado de México era informar a
las víctimas antes que a las instancias internacionales, pero además no cabe
duda que forma parte de una estrategia del Estado para alargar los procesos
judiciales y, sobre todo, para simular que hay avances en México en materia de
derechos humanos”, dijo Marroquín Ferrera.
Señaló
que la detención de dos policías como presuntos responsables de tortura “no
afectan el proceso iniciado en la CIDH, organismo que admitió el caso ante la
dilación para resolverlo y la impunidad en la que permanece”.
En
su oportunidad, Araceli Olivas Portugal, abogada del Centro Miguel Agustín Pro
Juárez, explicó que de acuerdo con la información que obtuvieron de manera
extraoficial, “porque no nos dieron acceso al expediente”, la Procuraduría
General de Justicia del Estado de México solicitó órdenes de aprehensión contra
29 policías en enero de este año, petición que fue rechazada en primera
instancia, y después de impugnar la resolución del juez en dos ocasiones se
libraron tres órdenes de aprehensión ejecutándose únicamente dos.
“Nos
tienen que explicar qué pasó con el policía que no fue detenido y aun así el
caso sigue en la impunidad, porque hasta ahora los policías federales que
participaron en el operativo siguen intocables, por eso es que el Comité CEDAW
recomendó a México que la responsable de las investigaciones tendría que ser la
Fiscalía Especial contra la Violencia a las Mujeres y la Trata de personas (Fevimtra), punto que no cumplió el Estado”,
apuntó la abogada.
Por
su parte, Alberto Herrera, responsable de Amnistía Internacional en México,
resaltó que “aun cuando las detenciones se presenten como un avance, lo cierto
es que no hay garantías de que se haga justicia”.
Luego de reiterar el respaldo de la
organización a la lucha de las mujeres de Atenco, Herrera recordó que “una
práctica sistemática del sistema de procuración de justicia de México es que
las averiguaciones previas por lo general están mal integradas, y cuando son
consignadas ante los jueces, éstos rechazan órdenes de aprehensión por ser
notoriamente improcedentes, pero aun cuando se ejecute una orden de
aprehensión, el caso puede caer en el proceso judicial y no dudamos que ello
ocurra en el asunto de Atenco, que sin embargo seguirá su curso normal en el
sistema interamericano”.
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