San
Salvador Atenco, Estado de México a 27 de Octubre de 2015.
Querido hermano,
Papa Francisco:
Reciba un
fraternal saludo de los campesinos y pobladores de los municipios de
Atenco y Texcoco en el Estado de México,
organizados en el Frente de Pueblos en Defensa de la Tierra, quienes seguimos
con atención su preocupación e iniciativas por despertar la conciencia hacia el
cuidado y la salud integral de nuestra Casa Común expresadas en su Encíclica Laudato Si´.
La palabra que
ha compartido al Mundo nos da una gran esperanza y confianza por eso nos dirigimos
a usted en atención al llamado que desde la Santa Sede ha hecho a los
movimientos sociales del mundo, el cual abre la puerta al encuentro y al
diálogo para construir la Paz al servicio de la dignidad humana.
Nos alienta la
digna posición que usted tiene para la humanidad ante la grave crisis a la que
hemos llevado a nuestra Madre Tierra. Por eso, conociendo la preocupación que
comparte con muchos hombres y mujeres en el Mundo sobre la apremiante necesidad
de un cambio de rumbo para evitar la autodestrucción de la vida, es que nos
atrevemos a través de nuestro querido Obispo Raúl Vera López, hacerle llegar
esta carta.
Queremos
compartirle nuestra palabra respecto al grave riesgo que significa la
reactivación del proyecto de construcción de un Nuevo Aeropuerto Internacional
para la Ciudad de México (NAICM) el cual amenaza con destruir el último reducto
de 14,500 hectáreas de entorno lacustre de lo que fue el gran sistema de los
lagos Zumpango, Xaltocan, Texcoco, Xochimilco y Chalco los cuales originalmente
cubrían un área de 150,000 hectáreas y que hoy se encuentran bajo la gran
mancha de asfalto que conforma la Zona Metropolitana del Valle de México
(ZMVM).
Este es nuestro testimonio:
Antecedentes
históricos
Somos pueblos de
origen indígena, nuestras comunidades: Santa Isabel Ixtapan, San Cristobal
Nexquipayac, San Francisco Acuexcomac, San Salvador Atenco, Francisco I.
Madero, La Magdalena Panoaya, San Pablito Chiconcuac, San Miguel Tocuila, San
Felipe, Santa Cruz de Abajo, San Luis Huexotla y Santa María Chimalhuacán están
establecidas desde hace siglos, pero hace 15 años se nos identifica con una
palabra que nos integra como un solo territorio: ATENCO.
En su traducción
al español, la toponimia náhuatl Atenco significa:
en la orilla del agua[i]
y en este territorio, de la rivera del Gran Lago de Texcoco, hemos habitado los
herederos de los abuelos acolhuas, los hermanos de los aztecas, los pueblos a
la orilla del agua. Existe un registro histórico que confirma que nuestros
pueblos tienen sus raíces históricas en la conformación del señorío acolhua.
Tanto las crónicas de la conquista, como los códices de tradición náhuatl
refieren que sus pobladores originales tributaban directamente a la casa
reinante de Texcoco y de la cercanía que tenían con la ciudad imperial de
México- Tenochtiltán[ii].
Con la conquista
española, hace ya más de 500 años, nuestros antepasados fueron violentamente
despojados y sometidos a la esclavitud. Posteriormente, en 1810 nuestros
pueblos participaron en la lucha de Independencia, el ayuntamiento de Atenco es
uno de los más antiguos fundado en 1826, cuando nuestra nación independiente
apenas vivía sus primeros días. Sin embargo, es hasta después de 1910 gracias a
la lucha armada campesina que nuestros pueblos lograron la restitución de las
tierras para los habitantes originarios quedando constituida legalmente la
figura del Ejido como posesión colectiva
de la tierra, una figura que brinda protección jurídica a las tierras comunales
para que las decisiones condujeran siempre al bien común. En la guerra de
Revolución nuestros abuelos ofrendaron su vida y su sangre para heredarnos la
tierra y todos los derechos que derivan de ella.
Nuestro
modo de vida.
En nuestros
pueblos, durante los últimos cien años, y a pesar de la cercanía con la urbe
más grande y populosa del país, la vida está fuertemente vinculada con la
vocación del trabajo agrícola. Nosotros cultivamos la tierra, aún en
situaciones difíciles. Nuestro autosustento se complementa con la tradición
milenaria de la recolección de plantas comestibles y medicinales. Como nuestros
ancestros aprovechamos los recursos lacustres como el ahuautle, el tequezquite,
el alga espirulina, la producción artesanal de sal, entre otros. De manera
paralela a las actividades del campo, en nuestras familias, realizamos
actividades productivas de tradición artesanal y colectiva como la elaboración
de fajas de mezclilla de algodón, la maquila de ropa, la elaboración de nieves
y helados, los pequeños comercios y diversos oficios. El carácter colectivo
define nuestro modo de vida regulado por un sistema de costumbres, valores y
tradiciones. La posesión y uso de los recursos de la tierra es la base de este
modo de vida. Sin la tierra nuestro modo de vida no puede existir. Por eso
nuestro territorio, que ha pertenecido a nuestros ancestros por generaciones,
lo hemos custodiado y preservado por ser el patrimonio natural y cultural de
las futuras generaciones.
Historia
reciente
Así, la historia
reciente de Atenco ha estado fuertemente marcada por la constante defensa de
nuestro territorio. Durante las últimas décadas, los gobiernos neoliberales
intensificaron los procesos de fragmentación del tejido social, la marginación
y el empobrecimiento social y ambiental de la región. De esta manera, el
crecimiento urbano de la capital mexicana y la estratégica planeación del
megaproyecto de un nuevo aeropuerto han asechado constantemente nuestras
comunidades.
El primer
intento de despojo de nuestro territorio llegó cuando Vicente Fox anunció, sin
consultarnos, la expropiación del 70% del territorio de uso agrícola de la
región, para imponer en este espacio el NAICM. La ubicación de esté mega
aeropuerto, con alcances de operación sin precedentes en la región,
multiplicarían la ganancia de las empresas gracias a que a su alrededor estaba
ya en camino el fortalecimiento de corredor de infraestructura, lo que
aumentaría la capacidad de las empresas de activar los procesos de
comercialización de bienes y recursos. Esta idea de falso “progreso” con el
nombre de Plan Puebla Panamá (PPP) fue el mayor fundamento del origen del
proyecto NAICM y fue trazada a favor y en puño de los acreedores que cimientan
su riqueza en la destrucción de la vida humana; el Banco Mundial y el Fondo
Monetario Internacional.
Por eso, en
octubre de 2001, los habitantes de estas tierras decidimos constituirnos como Frente
de Pueblos en Defensa de la Tierra para hacer frente a la expropiación que
pretendía arrebatarnos la tierra, el territorio y el agua. Nos organizamos, levantamos la voz y
denunciamos el despojo y la violencia que el gobierno utilizó para apropiarse
de lo que no le pertenece. En esta lucha uno de nuestros compañeros, José
Enrique Espinoza Juárez, fue asesinado a golpes por elementos de la policía cuando
ya lo tenían detenido. De esta misma forma trató el gobierno a compañeras y
compañeros que fueron hospitalizados por la violencia de la policía cuando
fuimos emboscados mientras nos dirigíamos a una manifestación en busca de
diálogo en el Municipio de Acolman.
Durante diez
meses ejercimos nuestro derecho a expresar nuestro desacuerdo y emprendimos una
batalla de defensa legal. Finalmente, en agosto de 2002 tras intensas
movilizaciones y con la solidaridad del Pueblo mexicano triunfó la
organización, la verdad, la razón y el derecho. El Gobierno se vio obligado a
respetar al Pueblo y derogó oficialmente el decreto de expropiación cancelando
el proyecto del aeropuerto.
¡Nuevamente recuperamos nuestras tierras!
Es importante
mencionar que estos acontecimientos sucedieron dentro del marco de una de las
visitas pastorales de San Juan Pablo II a nuestro país en agosto de 2002. Como
lo hacemos hoy, en ese entonces, solicitamos al obispo de Texcoco Juan Manuel Mancilla
que hiciera entrega de una carta al Papa, donde denunciamos el abuso de poder y
pedíamos su intervención. Sabemos que la mediación del San Juan Pablo II fue
providencial para que el gobierno mexicano finalmente decidiera dar marcha
atrás a su imposición.
Tiempo después,
en enero del 2003 obtuvimos el reconocimiento por parte del gobierno para ser
interlocutores directos a nivel regional de las demandas del pueblo a través de
mesas de diálogo. A pesar de todo esto,
el gobierno y los intereses económico-políticos de las trasnacionales no quitaron el dedo del renglón y
mantuvieron un hostigamiento permanente y silencioso para retomar sus planes de
despojo, así que en primer lugar dieron paso a la venganza contra un pueblo
organizado y a la vez, dar un escarmiento “ejemplar” para desarticular no solo
el movimiento social de Atenco sino también para que a nivel nacional todos
fueran testigos de cómo se castiga a todo aquel que se opone al “nuevo
progreso”.
Esta venganza la
ejecutó el entonces gobernador del Estado de México Enrique Peña Nieto. Los días
3 y 4 de mayo de 2006 fueron días de terror y muerte en nuestras comunidades
cuando el Estado mexicano dio la espalda a las mesas de diálogo y a los
acuerdos establecidos, para utilizar todo el poder represor contra nuestras
comunidades y hermanos que habían acudido a nuestro llamado de solidaridad. En
esos dos días hubo asesinatos, tortura sexual, allanamientos, persecución y
detenciones arbitrarias con condenas de más de 100 años de prisión para
nuestros compañeros. A partir de ese momento Peña Nieto inició una
escalada política que hoy lo tiene impuesto en la presidencia. Desde luego, su
compromiso con los poderosos que lo encumbraron aún no ha concluido, entre los
encargos que tiene pendientes, la construcción del proyecto del NAICM es el
cometido “insigne” de su gobierno.
La respuesta no
se dejó esperar, a nivel nacional e internacional hubo manifestaciones de
indignación por este crimen de Estado y por los delitos de lesa humanidad
cometidos. El FPDT pedimos en aquel entonces la solidaridad y ayuda especialmente
recurrimos al obispo emérito de Chiapas, Don Samuel Ruíz (Q.E.P.D.), también nos
acercamos al excelentísimo Obispo de Saltillo Raúl Vera y acudimos a
sacerdotes, congregaciones religiosas como los Luteranos, Metodistas, laicos,
organizaciones de Derechos Humanos, premios Nobel de la Paz, intelectuales,
académicos, estudiantes, actores, actrices, artistas, músicos, sindicatos, universidades
y a todos los que en su corazón hicieron suyo nuestro dolor, nuestra rabia,
nuestra indignación. Todos juntos emprendimos la “Campaña Nacional e
Internacional Libertad y justicia para Atenco”. Nunca estuvimos solos, el abrazo del amor solidario de nuestros hermanos
no dejaron que se decayera nuestro espíritu.
En julio de 2010
la Suprema Corte de Justicia de la Nación decretó la libertad absoluta de
nuestros compañeros presos políticos. Logramos la libertad, sin embargo la
justicia aún no se ha alcanzado y todos estos delitos han quedado en la
impunidad.
NAICM
proyecto de muerte.
El primero de
septiembre de 2014, Enrique Peña Nieto anunció la reactivación de la
construcción del NAICM en el territorio de vocación lacustre de los municipios
de Atenco y Texcoco. De acuerdo con el discurso oficial: “se trata de la obra
de infraestructura más importante de las últimas décadas en México. Es un
proyecto único en América, con una visión social y 100% sustentable, que
permitirá que México aproveche su lugar como una de las economías más
importantes del Mundo”[iii].
De nueva cuenta nunca fuimos consultados. La estrategia
mediática echada a andar desde hace un año tiene como objetivo legitimar el
proyecto a través de campañas en radio, televisión e internet que afirman que
no existe ningún impacto del NAICM al territorio, dinámica social o económica
de las comunidades de la región y que tampoco existen riesgos ambientales o
civiles que se derivarían de la obra. Antes bien se empeñan en repetir una y
otra vez que el proyecto se inserta como un potencial generador de empleos y
oportunidades económicas y que mejorará la calidad de vida de quienes habitamos
la ZMVM.
Sin embargo,
esta campaña de mentiras no puede negar los argumentos explicados desde 2001
por especialistas en: biología, arquitectura, aeronáutica, aeronavegación,
edafología, geología, antropología y arqueología respecto a la no viabilidad
del proyecto. Hoy, a una década y media de distancia, estas evidencias son más
claras y científicamente sustentadas por lo que es apremiante que usted y todos
los hermanos conscientes de la necesidad de la protección de Nuestra Madre
Tierra conozcan el grave riesgo que
significa el NAICM para la vida en toda la región central de México y para
millones de habitantes que en ella residimos.
Para empezar, la
construcción de la nueva terminal aérea implicaría la eliminación de los servicios
ambientales que el lecho del Lago de Texcoco aporta para la regulación del agua
pluvial, en otras palabras, este espacio, el más bajo de la cuenca de México,
con su vocación natural de lago es fundamental para evitar las inundaciones en
la zona oriente del DF[iv]. Por otra parte, la sustitución de este
espacio de amortiguamiento climático, por una gran plancha de concreto
incrementaría la temperatura y aumentaría el efecto invernadero en el Valle de
México afectando incluso las partes altas de la Sierra Nevada y con ello
disminuiría la recarga de acuíferos en la zona oriente[v].
Con una menor alimentación de agua para la cuenca de México ¿cómo pretende el
Gobierno Federal suministrar a las comunidades del oriente de la ZMVM y a la
nueva Aerotrópolis que se proyecta desarrollar alrededor de la terminal aérea?
Es claro que con el nuevo Aeropuerto el acceso al agua dejará de ser una
garantía para volverse el privilegio de unos cuantos.
Además, se
encuentran amenazados, a causa de este proyecto, los cuerpos de agua naturales
que sobreviven del antiguo Lago, la eliminación de estos humedales significaría
la pérdida de la aportación de evaporación su agua a la atmósfera, un poderoso
aliado natural para la mitigación de las emisiones de contaminantes del DF.
A cambio de esta
pérdida, los pulmones de los habitantes de la gran ciudad consumirían 1,118,726
litros de combustible diariamente al incrementarse las operaciones comerciales
aéreas de 389 mil a 1 millón cada año. Es decir, el futuro del aire que
respiremos los 33 millones de habitantes de la ZMVM es el de un aire
envenenado, un aire de muerte[vi].
Ahora bien, con
la operación diaria de aviones que se pretende tenga el NAICM calculada en
2,739, cada uno aportando una emisión de 130 decibeles, los especialistas advierten
que el impacto de contaminación auditiva rebasa la norma NOM-081-SEMARNAT-1994
y por lo tanto los daños a la salud humana se vislumbran inconmensurables[vii].
En cuanto al
impacto a la vida silvestre, el peritaje en biología señala que la propuesta de
inserción de especies exóticas como el Pino Salado y la Casuarina considerada
en los planes de compensación ambiental del NAICM, en realidad constituyen una
amenaza de extinción de la flora nativa porque en primer lugar, sus raíces
llegan a niveles freáticos lo que provoca la desecación de las reservas de
agua, en segundo lugar, sus hojas son altamente flamables, almacenan grandes
cantidades de sal y al degradarse aumentan la salinidad del suelo e impiden en
crecimiento de otras especies. Finalmente advierten que estas especies,
originarias de Australia y Asia, no contarán con un control bilógico que las
regule y, debido a su alta tasa de reproducción y crecimiento, se transformarán
en poco tiempo en plagas por lo que, la siembra de estas especies debe ser
evitada dentro de todo el territorio mexicano[viii].
Hay que destacar
que la construcción del NAICM significaría también la destrucción de un
importante nicho ecológico de especies endémicas de reptiles y mamíferos y la
destrucción de un espacio de anidación, reproducción y refugio de más de
100,000 aves migratorias que anualmente llegan a los cuerpos de agua de
Texcoco, entre ellas, al menos veinte especies están amenazadas o en riesgo de
extinción[ix].
Incluso las
críticas respecto a la viabilidad del proyecto se han escuchado en los debates
en el Senado donde las opiniones de expertos en aeronáutica y aeronavegación
explican los riesgos que se derivan de la construcción y operación de un
aeropuerto en un territorio de suelo inestable cuya dinámica e hundimientos es
acelerado y diferencial, con un elevado riesgo de colisión entre aves y
aviones. Estos especialistas advierten que en el plan del Nuevo Aeropuerto no
se considera de manera seria la variable de la intensidad sísmica que predomina
en el área y la cercanía de un volcán activo cuyas emisiones de ceniza pueden
afectar constantemente la calidad de visibilidad en la operación de los vuelos[x].
Finalmente los
especialistas en antropología y arqueología han señalado que la identidad y la
historia resguardada bajo las capas de tierra del Lago de Texcoco hace varios
meses son blanco de destrucción de las máquinas debido al avance acelerado de
los trabajos de preparación del terreno, esto a pesar de denuncias presentada a
través de peritajes, que muestran evidencias de más de mil puntos de interés
arqueológico y paleontológico registrados desde el año 2003 en la zona de la
obra[xi],
mientras que nuestros espacios sagrados, los cerros Huatepec y Tepezingo corren
el riesgo de sucumbir en la mancha urbana que proyecta Peña Nieto hacer crecer
en la periferia de las pistas aéreas, igual que le pasó al Cerro del Peñón,
vecino del actual Aeropuerto de la Ciudad de México.
La
estrategia de despojo.
Hoy esta amenaza
ensombrece nuevamente el territorio rebelde a la orilla del agua, pero ahora la
nueva estrategia de despojo no tiene la cara de una expropiación, si no que
viene operando a través de instituciones públicas como CONAGUA, que a partir de
2006, con el argumento de un “Proyecto Ecológico”, se encargó de avanzar en la
compra de hectáreas de diferentes ejidos.
La nueva
estrategia ha innovado una forma vil para destruir, desde adentro, nuestras comunidades
a partir de la corrupción de las autoridades ejidales que han sido cooptadas
por el PRI (el partido político del Presidente) quienes engañan, amenazan y
compran voluntades de manera descarada acompañados de grupos de provocadores
para generar la ruptura de la relación natural y colectiva entre nuestros
hermanos y del arraigo con la tierra. Su objetivo es sembrar la división y el
desapego de nuestras costumbres y valores identitarios, pretendiendo así cortar
de tajo la memoria de estos pueblos originarios.
El enemigo
aprendió a reconocer a su más grande adversario: la fuerza de nuestros pueblos reside
en nuestra identidad, en la capacidad de reconocernos como parte de una
comunidad que comparte un territorio, un pasado y un patrimonio cultural que
trasciende lo material. Defendemos nuestro derecho a un presente y un futuro
libres y autónomos.
Esta nueva forma
de operar el despojo ha quedado evidenciada en el actuar de este grupo Priista
que sirve a los intereses de los empresarios y políticos con el objetivo de
imponer al NAICM. Por ejemplo, en 2013 a manera de provocación este grupo borró
el Mural de la Dignidad de las paredes del Auditorio Ejidal Emiliano Zapata, un
mural que recordaba la victoria de 2001 contra el decreto de Fox. También los
comisariados ejidales priistas, en su papel de operadores del despojo
prepararon, en complicidad con las autoridades de la Procuraduría Agraria, una
asamblea el 1 de junio de 2014 que manipularon con el objetivo de desarticular
el Ejido y trasladar la posesión de la tierra a una forma jurídica privada,
fácil de mercadear. El trabajo de
destrucción del tejido social de este grupo de choque ya ha causado graves
daños al interior de las familias donde hay una dolorosa división.
Además nuestras
comunidades son constantemente hostigadas con rumores que dejan correr los
grupos de choques sobre amenazas de nuevas represiones a quienes nos oponemos
al NAICM. También hemos vivido acosados por la entrada de fuerzas públicas
Estatales e incluso con escuadrones y helicópteros de Ejército y Marina que
hacen sobrevuelos o recorridos en franca intimidación sobre nuestro territorio.
En nuestra
resistencia social y pacífica ante la ofensiva del gobierno mexicano hemos
acudido a las todas instancias de justicia legal nacional (como
Tribunales y la Suprema Corte de Justicia de la Nación) y también ante
instancias internacionales como la Comisión Interamericana de Derechos Humanos. En estos frentes de lucha
hemos presentado los peritajes de nuestros congruentes especialistas en las
áreas de arqueología, antropología, topografía, biología, arquitectura,
ingeniería, edafología y geología, todos ellos científicos calificados que nos
dan la razón en el sentido que nuestro
territorio no es apto para ubicar una terminal aérea. Sin embargo, el Gobierno
de México ha insistido en aprobar la Manifestación de Impacto Ambiental (MIA)
del proyecto misma que hemos demostrado tiene graves omisiones y es en síntesis
un estudio a modo elaborado por quienes serán beneficiados con la obra para
imponer el proyecto de muerte en nuestro territorio. El trabajo de construcción de la terminal
aérea está avanzando y la destrucción empieza causar graves heridas a nuestro
territorio sagrado.
Nuestra
decisión está tomada.
Desde nuestro
digno pueblo en resistencia nos abrazamos a la verdad de la palabra y ejemplo
de Cristo. No existe nada más sagrado
que el derecho a la vida, ningún interés económico o político puede
prevalecer ante el derecho de millones de seres humanos y de la vida de todas
las especies de flora y fauna que habitan en el territorio que sobrevive del
antiguo Lago de Texcoco.
Nosotros no
olvidamos que México-Tenochtitlán es el nombre de la antigua ciudad que
fundaron los aztecas en medio de un lago, en el lugar prometido por su dios
Huitzilopochtli, en el territorio del agua y de la abundancia. Hace 675 años, empezó a contarse la historia de
esta ciudad que creció en contradicción con el medio lacustre fértil, abundante
y diverso que aseguraba la subsistencia de quienes lo habitaron. Este paraíso
prometido que históricamente nos ha dado tanto a los mexicanos hoy se encuentra
en un punto límite de riesgo y es nuestro deber defenderlo.
Al ver a
nuestros niños y jóvenes nos damos cuenta que no estamos equivocados, la
tierra es esperanza y promesa de vida. En Atenco tenemos fe que Jesucristo
está con nosotros, contamos con la presencia solidaria y acompañamiento de un
valiosísimo sector de la jerarquía eclesiástica Mexicana congruente con la
dignidad y valores cristianos.
Exigimos el
respeto al derecho que tenemos como pueblos originarios a la autodeterminación.
Nunca hemos querido ese aeropuerto, durante quince años hemos resistido
evitando la violencia y el enfrentamiento, no queremos que se derrame más la
sangre del pueblo ¿Pero cuánto más puede aguantar el pueblo así?
Antes que la
imposición de la muerte y la violencia se concrete en el territorio a la orilla
del agua pedimos humildemente su intervención ante Dios y los hombres que
ostentan el Poder, aún en contra del beneficio de sus Pueblos, para que con su
intercesión nos ayude a sensibilizar al gobierno mexicano y no se antepongan
los intereses trasnacionales a la preservación de la vida, y para que detengan de
una buena vez y definitivamente este Megaproyecto de Muerte que es la condena
a la inminente desaparición de nuestros pueblos y del entorno lacustre de la
Cuenca de México.
Porque otro
mundo es posible, con respeto a la Madre Tierra y a la Paz nos despedimos de Su
Santidad con gran cariño y admiración.
¡Gloria a Dios en el
cielo y Paz a los hombres de buena voluntad!
¡Queremos vivir en Paz!
¡Tierra sí, aviones No!
¡Zapata Vive la Lucha
Sigue!
¡La Patria no se vende,
se ama y se defiende!
Atentamente:
Frente
de Pueblos en Defensa de la Tierra
[i] Montemayor, Carlos, Coord. (2007),
Diccionario del náhuatl en el español de México, UNAM, México.
[ii] De la Portilla Quiroga, María de los Ángeles
Rigel (2014), Atenco. Historia, tradición e identidad. La memoria presente en
la defensa del territorio y los recursos de los pueblos a la Orilla del Agua,
en: Memorias de la Conferencia Internacional de Antropología 2014, Instituto
Cubano de Antropología, La Habana, Cuba.
[iii] Secretaria de Transportes y
Comunicaciones (2014) Conoce el proyecto. Recuperado de:
http://www.aeropuerto.gob.mx/conoce-el-proyecto-del-nuevo-aeropuerto-en-numeros.php
[iv] Córdova Tapia F., Straffon
Díaz A., Ortiz-Haro G. A., Levy Gálvez K., Arellano Aguilar O., Ayala Azcárraga
C., Zambrano L., Sánchez Ochoa D. J. y Acosta Sinencio S. D. (2015), Análisis
del resolutivo SGPA/DGIRA/DG/09965 del proyecto “Nuevo Aeropuerto Internacional
de la Ciudad de México, S. A. de C. V.” MIA- 15EM2014V0044, Grupo de Análisis
de Manifestaciones de Impacto Ambiental. Unión de Científicos Comprometidos con
la Sociedad, México.
[v] Encinas Rodríguez, Alejandro
(2014), El Nuevo Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México. Política, negocios
y poder, Senado de la República, LXII Legislatura, México.
[vi] Flores, Jesús (2014), Arquitectura y globalización. Sincronía y
diacronía del nuevo aeropuerto de la Ciudad de México, publicación para la
Gaceta UNAM, 12 de septiembre de 2104, UNAM, Posgrado de Arquitectura, México.
[x] Senado de México (6-4-2014),
El NAICM y la transparencia. Recuperado de:
https://www.youtube.com/watch?v=XB97xIcclyQ
[xi] Morett, Luis (2015), La investigación
arqueológica en el vaso del Lago de Texcoco frente al Proyecto de Nuevo
Aeropuerto, Universidad de Chapingo, Documento digital, Recuperado de:
http://unamenrebeldia.blogspot.mx/2015/01/pena-nieto-miente-el- nuevoaeropuerto-es.html
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