En el aniversario 12 del mayo rojo, la represión ordenada en contra del pueblo de Atenco por Enrique Peña Nieto cuando era gobernador del Estado de México, conmemoramos dos cosas: la digna memoria y la terquedad rebelde.
NO OLVIDAMOS
En la memoria de los pueblos está …
La incursión policiaca de los días 3 y 4 de mayo fue brutal: Hubo golpizas, tortura, detenciones arbitrarias, allanamientos, robos y destrucción injustificada de nuestros hogares. En su ensañamiento contra el pueblo, asesinaron a dos jóvenes: Alexis Benhumea y Javier Cortés, asesinatos que a la fecha continúan impunes.
Para enfatizar el odio de los poderosos que se sentían heridos por los pueblos que defendieron la tierra, aquel operativo estuvo marcado por las decenas de denuncias de abuso sexual, que valientemente sostuvieron las compañeras detenidas en contra de la policía creada bajo las órdenes de Peña Nieto. Once de esas denuncias aún mantienen un proceso penal abierto en la Corte Internacional de Derechos Humanos en contra el Estado mexicano, que debe ser resuelto en los próximos meses. Peña Nieto tendrá que afrontar las consecuencias de asumir el operativo de Atenco en mayo de 2006.
Los policías de los tres niveles (municipal, estatal y federal) y los jefes de los policías, actuaron con saña a propósito, sabiendo que los protegía la impunidad de los funcionarios que cobijaron aquella atrocidad: Genaro García Luna, Eduardo Medina Mora (secretario de Seguridad Pública federa), Enrique Peña Nieto y Vicente Fox.
Participantes del movimiento, gente del pueblo que había participado en las protestas e incluso personas que iban pasando por el lugar, fueron detenidas arbitrariamente, torturadas, encarceladas injustamente. Después de cuatro años de lucha diaria, de llevar la denuncia de la injusticia por todo el país y al extranjero, juntamos la fuerza necesaria en una batalla legal y social, para que la Suprema Corte de Justicia de la Nación se viera obligada a liberar a nuestros compañeros, en el año 2010.
El actual proyecto del nuevo aeropuerto está cimentado en aquella represión, está manchado de sangre. Los que hoy debaten sobre progreso y viabilidad, inversiones y de negocios, ocultan que hablan también del asesinatos impunes, de la tortura y de ríos de sangre. A eso tuvieron que recurrir para tratar de imponer su proyecto de aeropuerto.
NO NOS RENDIMOS
Después de aquella brutal represión, los dueños del dinero y del poder, ansiosos de venganza, creyeron que habían eliminado la resistencia de los pueblos en contra del proyecto de nuevo aeropuerto y pese a todo, no ha sido así. Esos años de lucha por la libertad de los presos políticos, los despojadores sintieron el camino libre y hay que decirlo, tomaron ventaja en los pueblos, chantajeando a las comunidades para que por la vía del miedo y la manipulación, y sobre todo, la compra de voluntades de las autoridades locales, poco a poco debilitaran la resistencia de los ejidatarios.
No es nada sencilla la batalla que resistimos después de 17 años de lucha permanente por la defensa de la tierra, no lo es cuando en nuestros pueblos se lucha contra la compra de voluntades que opera el PRI.
En este camino hemos encontrado miles de manos hermanas, de pueblos hermanos, que nos abrazan y enlazan su lucha con la nuestra. Es gracias a ese México profundo, que resiste a la pesadilla con la ternura de la solidaridad, que nosotros seguimos en pie.
Todos los beneficiados por el proyecto aeroportuario, dentro o fuera del gobierno, saben de la existencia de los pueblos que luchamos, que resistimos y que tenemos razones para oponernos a la imposición de un negocio turbio que implicaría la destrucción de nuestros pueblos. Les ha importado más coludirse para despojarnos, reprimirnos y lavarse las manos, antes que ceder a la razón, la verdad, el derecho y la justicia.
Ellos saben también que la construcción del nuevo aeropuerto está lejos de un punto de ser irreversible. Digan lo que digan, el aeropuerto se puede cancelar definitivamente. Aun así, y ya vemos las graves afectaciones a nuestros pueblos: se acaban nuestros cerros, roban nuestra agua, contaminan nuestros suelos, abren caminos por nuestros pueblos y por nuestros ejidos, ocasionan accidentes mortales, desprecian la voz y las necesidades de nuestros habitantes. Sabemos que tienen en la mira el despojo y nuestra desaparición total, para construir ahí sus hoteles y sus centros comerciales.
Las evidencias son más fuertes que sus mentiras. Aunque los millonarios nos ofrezcan un paraíso de empleos, crecimiento, inversión, los pueblos saben que lo quieren es hacerse más millonarios, y que nada bueno vendrá para nosotros de ese proyecto.
No nos oponemos al progreso, mientras el progreso sea bienestar y una mejor calidad de vida para los pueblos, para los que en México somos de abajo. Pero nos negamos a reconocer como progreso un negocio turbio, lleno de corrupción, que no respeta la ecología y que tendrá como resultado la desaparición de nuestras tierras, de nuestros pueblos, de nuestra forma de vida y la pauperización de nuestros habitantes. Nos oponemos al enriquecimiento desmedido del puñado de corruptos de siempre a costa de la desaparición de nuestros pueblos.
Estamos en un momento decisivo para la vida de nuestros pueblos milenarios.
A pesar de los golpes represivos que han dado a la organización, a pesar de la corrupción de las autoridades de nuestros pueblos, a pesar de su intento por comprar voluntades para que la población acepte vender la tierra, no nos han derrotado.
Nosotros hemos denunciado desde hace 17 años la atrocidad que significa un proyecto basado en la muerte, la corrupción, el ecocidio y el despojo. Pero aún debemos dar más eco a nuestra voz, para hacernos presentes en los debates cupulares que pretenden decidir sobre nuestro destino sin consultarnos.
En el panorama nacional, nosotros llamamos a la movilización para decir con voz firma y clara: llegue quien llegue a la presidencia, seguiremos luchando contra el aeropuerto de muerte.
No apoyamos ni llamamos a apoyar a ningún partido político, porque sabemos que la fuerza real del pueblo está en la movilización y la organización desde abajo. Somos respetuosos de quienes quieran ejercer su voto, pero nuestra organización mantiene su principio apartidista.
En el municipio de Atenco resulta que el candidato del PRI, obviamente es uno de los que ha operado el despojo de la tierra, pero también, en 2006 actuó como el delator de las casas de las familias e integrantes de nuestra organización. Estos hechos, hoy reviven en la memoria y el pueblo está dispuesto a cerrarle el paso a quienes han contribuido a tanto agravio, a tanta bajeza y traición.
Para concluir, queremos decirles que los días en que desataron su venganza, hace 12 años, nos desgarraron y avasallaron, pero no se llevaron nuestra esperanza y coraje para seguir luchando y actuar con un sentido de congruencia, y apegados al principio de la verdad, la solidaridad y la claridad de que como un pedacito de patria de este México adolorido, asumimos la tarea para construir y luchar por la justicia, dignidad y libertad para todas y todos.
ZAPATA VIVE, LA LUCHA SIGUE
Frente de Pueblos en Defensa de la Tierra.
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