miércoles, 18 de diciembre de 2013

Seis imposibilidades que ha logrado Atenco.

El ataque de un grupo priista a las pinturas que reflejan la defensa de la tierra en Atenco indignó a los campesinos, pero no logró su objetivo: provocar una confrontación interna.

Mayra Irasema Terrones Medina

México, DF. Como un intento de provocar una confrontación interna, el mural del auditorio “Emiliano Zapata”, de San Salvador Atenco -que representa diversos episodios de la defensa de la tierra ante la construcción del aeropuerto- fue borrado por un grupo de priistas, señalan desde el Frente de Pueblos en Defensa de la Tierra. Los ejidatarios, en cambio, obligaron a los tres niveles de gobierno a comprometerse a reparar la obra de arte.

La autora de este ensayo hace un recuento de los obstáculos que venció el movimiento desde que surgió, en 2001 –como lograr detener un decreto expropiatorio y liberar a presos con más de cien años de condena-, para señalar que tampoco le será imposible al movimiento superar las fracturas sociales que el gobierno y los priistas promueven en sus pueblos



Seis imposibilidades que ha logrado Atenco.

La primera: derogar un decreto expropiatorio.
El Frente de Pueblos en Defensa de la Tierra (FPDT) nació en el 2001  resultado de una lucha que llevaron a cabo, por lo menos,  unas  19 comunidades de la región de Texcoco y el municipio de Atenco. Este movimiento  supo dar una batalla que duró nueve meses y que le valdría uno de los triunfos más emblemáticos de las últimas décadas; logró derogar un decreto expropiatorio, poniendo en la mesa un cuestionamiento que, antes de esta lucha, no tenía lugar para las comunidades campesinas e indígenas. La expropiación había sido el mecanismo de despojo territorial más efectivo desde la conformación del Estado Nación pos revolucionario.

 Antes de esta lucha  no se había cuestionado con tanta contundencia lo que los  distintos niveles de gobierno hacían con los terrenos que les despojaban a campesinos y comunidades. Se pensaba que la expropiación era ineludible, sobre todo, porque se decía que las tierras eran para construir  infraestructura que beneficiaría a  las comunidades afectadas y para el progreso de la nación. Los terrenos de las comunidades que conformaron el FPDT se expropiaron para la construcción del Nuevo Aeropuerto de la Ciudad de México. 

El proyecto aeroportuario del 2001 contemplaba la construcción de 3 nuevas pistas con una capacidad de 300 mil operaciones anuales cada una, y un sistema de distribución de pasajeros y mercancías principalmente a la Ciudad de México (aunque también los estados de Puebla, Hidalgo, Querétaro y el propio Estado de México) que implicaba la construcción o ampliación de vías terrestres y un tren ligero, y la construcción de un nuevo centro urbano con oficinas, comercios y centros culturales que  fueran la puerta de entrada a la Ciudad de México.

Esta proyección no beneficiaba a las comunidades que habitan, siembran y significan sus espacios territoriales, lo que indigno a los habitantes iniciando una lucha frontal defendiéndose  y manifestando su inconformidad de diversas formas. Esta decisión firme hizo posible que los campesinos y pobladores de esa región obligaran al Gobierno Federal a derogar el decreto expropiatorio, algo que se pensaba imposible de revertir. 

La especulación de sus tierras sigue siendo uno de las estrategias que usan los gobiernos para romper el consenso y la convicción de todas las personas que habitan estas comunidades, en esos tiempos se inició una ruptura en el tejido social que hoy sigue existiendo. Para las comunidades atenquenses significó una ruptura familiar en la propia comunidad, durante esos días de lucha y resistencia  hubo muchas dudas, sólo el tiempo, la comprensión de lo que implicaba la expropiación y la firme convicción de los pobladores  por mantener a sus familias unidas, hizo que todos estos pueblos tomaran  la decisión de mantenerse en la resistencia hasta las últimas consecuencias, el triunfo entonces fue un trabajo que con el tiempo logró romper la dinámica contra insurgente que los gobiernos habían utilizado en las comunidades para doblar su convicción. El FPDT representó entonces, para muchos movimientos sociales  un ejemplo, un movimiento social que logró cambiar el rumbo de su historia. 

La segunda: La creatividad como forma de lucha.
Tanto en el 2001 como en el periodo del 2006 al 2010, el FPDT fue construyendo formas diversas para llevar a cabo su lucha por la defensa de la tierra. Una de las innovaciones, por así decirlo, fue la  decisión de las comunidades para sacar a los partidos políticos de su lucha. Este movimiento social decidió que la lucha que darían sería como pueblos y sin ninguna camiseta que pudiera intervenir en las decisiones de las comunidades. Incluso algunos de  los ejidatarios y pobladores, entregaron por escrito al Partido de Acción Nacional una renuncia a su militancia, esto porque Vicente Fox se veía como el mayor traidor a los pueblos y pertenecía a este partido político, también otros pobladores dejaron de militar en el PRI y PRD.

En el 2001, los campesinos de Atenco montaron barricadas en sus comunidades para vigilar sus tierras y sacaron maquinas y a personas ajenas a los ejidos que querían iniciar los trabajos del Aeropuerto, también hicieron una vigilancia comunitaria que recorría todos los días los terrenos de sus comunidades. Otra forma de lucha fueron las marchas, las comunidades  marcharon un sinfín de veces  hacia la ciudad o en cualquier acto que se presentará Arturo Montiel Rojas, gobernador del Estado de México, en turno. Esas manifestaciones fueron acompañadas con sus instrumentos de trabajo, incluyendo el machete, que a pesar de que los medios masivos de comunicación lo descalificaron como un arma blanca, hoy el machete se reconoce como el símbolo de lucha del movimiento atenquense. Algunas manifestaciones fueron a caballo y otras terminaron en conflictos con la policía federal, estatal o municipal. En todas las manifestaciones en donde se enfrentaron con la policía, se evidenció que fue  la policía la que inició la violencia y aunque también trataron de descalificar al movimiento como violento, el FPDT siempre ha demostrado que las provocaciones vinieron del gobierno. 

Una estrategia conjunta fue la legal, a pesar de que lucharon en el terreno político y exigieron mediante manifestaciones diversas su inconformidad por el despojo de sus tierras, no dejaron de lado la defensa legal, que en ese momento fue menos visible pero jugó un papel fundamental para demostrar que los  seis ejidos de Atenco y los de las demás comunidades texcocanas, no habían  abandonado el campo, al contrario de eso, se hizo evidente el abandono por parte del gobierno para esos ejidos. 

El FPD logró diversificar la lucha e ir decidiendo sus acciones mediante consenso en las Asambleas Generales (2001) que luego se convirtieron en Asambleas del Movimiento (Después del 2006). Esa forma de toma de decisiones les permitía resguardar la autonomía en sus decisiones, se escucha a todas las voces solidarias pero es el FPDT quien tomaba las decisiones de sus acciones, tanto políticas, como jurídicas y solidarias.  

La tercera: todos somos Atenco.
Muchos movimientos sociales, comunidades, organizaciones, colectivos, se acercaron a solidarizarse con el FPDT desde el 2001. El movimiento recibió a cada uno de ellos y sin entremeterse en  las diferencias que podían tener entre ellos, el FPDT logró que muchos movimientos sociales lucharan junto a ellos con un objetivo común: la defensa de la tierra. Las distintas corrientes de lucha del CGH, Sindicatos, organizaciones campesinas e indígenas, colectivos de la ciudad y el campo, personas en lo individual, comunidades y organizaciones no gubernamentales, han sido reconocidas por Atenco por su solidaridad y resistencia conjunta. Para Atenco, tanto el triunfo del 2001 como la liberación de los presos en el 2010 fueron triunfos  que de todos estos movimientos, en los dos momentos más álgidos que ha vivido el FPDT, la consigna: ¡Todos somos Atenco! cobró un sentido de verdadera solidaridad y lo imposible se volvió probable.  

La cuarta: solidaridad no es un programa que impulsó Salinas de Gortari.
El movimiento ha acompañado un sinfín de luchas desde que inició su resistencia, cuando  logró derogar el decreto expropiatorio y después del triunfo que se sintió un triunfo para toda nuestra Patria. Para el 2006, el FPDT se  había convertido en un referente regional, nacional e internacional, junto con el EZLN, el movimiento atenquense fue reconocido por muchas organizaciones, y así , el mismo movimiento ha buscado  reconocer a cada uno de los movimientos sociales que, como mencionan ellos,  puso su granito de arena. 

La palabra solidaridad fue re-significada por el movimiento atenquense, el acompañamiento del FPDT hacia otros movimientos y viceversa, ha sido, como dice la consigna, verdaderamente hombro con hombro y codo con codo. 

La quinta: Una venganza que no cumplió su objetivo.
Es por todos conocidos la represión que vivió Atenco, el 3 y 4 de mayo de ese año televisaron en cadena nacional la represión que marcaría un fuerte golpe para las comunidades atenquenses,  dejando un saldo  de  más de 200 detenidos, entre pobladores de la comunidades y organizaciones adherentes a La Otra Campaña que habían acudido al llamado de solidaridad. Más de 30 mujeres de las 47 detenidas, fueron violadas, y dos compañeros fallecieron. 

Las graves violaciones a los Derechos Humanos,  cometidas por el Estado mexicano al llevar a cabo esta represión fueron constatadas por muchas instancias nacionales e internacionales, ningún autor material  e intelectual ha sido castigado. Después de 4 años de lucha, en el 2010,  las compañeras y compañeros del FPDT en conjunto con la solidaridad de todos los movimientos mencionados, lograron que la Suprema Corte de Justicia de la Nación liberara a los compañeros retenidos por la federación. Una imposibilidad más ganada, en donde la defensa  legal y la presión de todos y cada uno de los compañeros y compañeras que se sumaron a la campaña por la liberación de los presos de Atenco, lograron que la liberación de todos los presos se hiciera realidad. Incluyendo la libertad de tres compañeros que estaban sentenciados hasta por 100 años de prisión y como consecuencia se liberó de los cargos a varias compañeras y compañeros que  permanecieron en el exilio durante esos años.  

En la defensa de los presos políticos, lo legal cobro el mismo peso que lo político y una vez más, se le arrebato un pedazo de justicia a este grupo de poder, sin olvidar la justicia para las compañeras vejadas y para Alexis y Javier, que aun no ha llegado. 

La sexta: Un mural borrado dice más que un mural pintado.
No puedo negar que la ruptura en el tejido social y las secuelas de la represión siguen presentes en las comunidades de Atenco, pero aunque el rompimiento está presente,  una apuesta del movimiento social, desde el 2001, ha sido la recomposición de sus familias,  de la comunidad. Una apuesta que parece imposible, pero el FPDT está acostumbrado a las imposibilidades. 

Ahora nos es más claro que muchas comunidades en nuestro país han sido fracturadas intencionalmente, el caso del Municipio Autónomo de  San Juan Cópala,  nos ha dejado claro que los partidos políticos fracturan  a las comunidades por intereses particulares, regularmente tiene que ver con los recursos naturales que las comunidades poseen, creando una cortina de humo al exterior para que  se vea como una ruptura entre dos grupos de la comunidad e invisibilizando su intervención.  

La convicción del FPDT ha sido consecuente con sus acciones en el interior de sus comunidades y eso ha hecho que la mayoría de los pobladores de Atenco no entren en la confrontación,  ya que tienen claro que eso le serviría al grupo de poder que encabeza Peña Nieto para romper por completo el tejido social de los atenquenses.

 Las compañeras y los compañeros del FPDT  tienen claro que los hermanos y hermanas atenquenses no son los enemigos, aunque no hay que  dejar de decir que un grupo de priistas ha intentando constantemente quebrar todavía más el tejido social de estas comunidades. Es evidente que este grupo tiene relación con el gobierno y que recibe apoyo de los gobiernos municipales, estatal y federal. 

El sábado, 7 de diciembre, el FPDT denunció que en el centro de de San Salvador Atenco, un grupo de choque alentado por la representación del Comisariado Ejidal de Atenco (recién electo y de filiación priista) dañó en su totalidad los murales plasmados en la fachada del Auditorio Municipal “Emiliano Zapata”, en el exterior del edificio del Comisariado Ejidal, así como los que se encontraban en el interior del mismo edificio.  Esta acción indignó a muchos compañeros y compañeras del FPDT, que se presentaron para querer impedir la acción pero el grupo de choque actuó como tal y golpeo a pobladoras y pobladores. La policía municipal intervino para “calmar los ánimos” pero en vez de impedir que borraran el mural, hizo una valla que le permitió al grupo mencionado pintar en su totalidad la casa ejidal. 

El Frente de Pueblos en Defensa de la Tierra no busco la confrontación y por el contrario sentó a dialogar al presidente municipal y a un representante del gobierno federal. Estos se comprometieron a reparar el daño, ya que el mural quedó en resguardo de los tres niveles de gobierno en el acuerdo político que se firmo en 2003, producto de la lucha por la defensa de la tierra que estas comunidades lograron. 

Los distintos niveles de gobierno tendrán que dialogar con el comisariado ejidal que ellos impulsaron para que ganara, tendrán que cumplir con el acuerdo del 2003, el FPDT de nuevo no cayó en la provocación que intencionalmente les hicieron.  Tener claras las demandas y  a quién deben hacerse, también es una de las cosas que el movimiento atenquense ha sabido poner en la mesa públicamente, recordándonos que la justicia no es una exigencia utópica, sino que se debe de conquistar día a día.  

El grupo de poder que hoy nos gobierna actualmente le apuesta al olvido, el FPDT  apuesta a la memoria, esa memoria de nuestras luchas, memoria que hizo que el movimiento  Yosoy132 le recordará a Peña Nieto en su campaña presidencial (2012), que todos los mexicanos comprometidos con la búsqueda de la transformación de nuestra sociedad, no olvidamos. 

Un mural borrado de una pared, no podrá  exterminar  la lucha justa que el FPDT sigue caminando, al contrario, esa acción dignifica más la historia que las comunidades atenquenses están escribiendo, a lado de otros movimientos sociales.  




 

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